Foto: Guidesinalaska.com |
Hábitat
Extremo
Quien
visita o vive en el Ártico, está advertido sobre las consecuencias que causa una
prolongada exposición en el frío extremo. Expuestas a los -18ºC promedio del
invierno en esta zona, las membranas de las células de un humano se quiebran,
los músculos se tornan oscuros causando gangrena, se pierde la conciencia e
incluso, la circulación de la sangre se detiene hasta morir. El paisaje de
Alaska se compone en su mayor parte por glaciares de hielo y nieve, los árboles
escasean y los hombres y animales que viven en él, han adaptado su vida a
condiciones naturales extremas. Pero entonces ¿cómo le hacen los insectos para
sobrevivir a bajas temperaturas?
El calor
de verano en el Ártico dura únicamente ochos semanas, pero esa energía emitida no
tiene la misma temperatura que la experimentada por los habitantes cercanos al
Ecuador durante la misma estación del año. Algunos insectos aprovechan el poco
calor para permanecer vivos en el ambiente el resto de las temporadas, pero
otros simplemente no necesitan del calor.
Bichos
Resucitados
Hace
cuatrocientos años, la armada estadounidense realizó una investigación en túneles de permafrost
(capa de hielo permanentemente congelada en el exterior del suelo), ubicadas
a unos treinta metros bajo tierra en las zonas profundas del norte de Alaska.
En ellas, los soldados encontraron todo tipo de vestigios del pasado, tales como
los restos congelados de la superficie de un lago perteneciente a los tiempos
de las cavernas. Los científicos de hoy, descubrieron en el mismo lugar fósiles
de animales, entre ellos, insectos que resistieron la era del hielo por más de
cuarenta mil años. Pero lo más asombroso viene después: cuando los científicos extrajeron
a los insectos del sedimento, éstos volvieron a la vida de inmediato. ¿Cómo se
habrán preservado tanto tiempo? La estrategia del siguiente insecto puede
proporcionar una idea.
El
regreso del invierno en el polo norte provoca la muerte de varios bichos, pero
no en el “Insecto Maloliente” o “Insecto Anticongelante”. Miembro de la súperfamilia
de los Pentatomoidea, este insecto no sólo
es popular por el olor que penetra en la nariz de quien lo huele, sino por su método
ingenioso de supervivencia en el hielo: reducir la temperatura de congelación a
través de una proteína contenida en su sangre.
Todd
Stoformo, biólogo de la Universidad de Alaska-Fairbanks, fue uno de los
primeros que investigó el secreto de la proteína de este apestoso escarabajo. Stoformo
ha observado que en temporada de invierno, los insectos malolientes producen
mayor cantidad de la proteína anticongelante en sus cuerpos, de forma que al
tener contacto con el hielo, les permite controlar la temperatura de su sangre
y evitar algún daño en su interior. En comparación con la sangre de los
humanos, que no tienen la misma composición química que la de los escarabajos
de Alaska, los animales pueden sobrevivir a temperaturas cercanas a los 15.5º
bajo cero.
La
capacidad de impedir la formación de cristales en los fluidos del organismo podría
ofrecer beneficios en la Medicina, en especial el trasplante de órganos.
Actualmente la transportación de órganos donados se realiza a contra reloj para
evitar el efecto de congelación en la pieza. Con la aplicación de las
propiedades de la inusual proteína, la preservación de los órganos sería más
duradera y el tiempo de la transportación para llegar al cuerpo receptor se
ampliaría.
Y
para los amantes de la repostería, a Stoformo se le ocurrió la idea de que los
beneficios de la proteína también ayudarían a preparar helados más cremosos y
con mayor tiempo de enfriamiento.
Mesenchytraeus. Gusano de Hielo Foto: Alaska-in-pictures.com |
Gusanos
Congelados
Estos
animales fueron descubiertos en 1887, también en Alaska. En algún momento se
dudó de su existencia porque los pobladores no creían que un gusano fuera capaz
de existir en temperaturas que podrían matar a muchas criaturas. Estos gusanos
pasan su vida entera en el hielo, se alimentan de alga roja de la nieve y su
principal enemigo es el calor, pues si son expuestos a temperaturas arriba de
los 5ºC, se desintegran. Hasta ahora no se sabe cómo es que los gusanos de
hielo pueden cavar a través de las placas de hielo. Algunos científicos creen
que poseen propiedades anticongelantes similares a la de los insectos
malolientes y otros piensan que se trasladan a través de poros que componen la
superficie congelada.
La
supervivencia de estos insectos en condiciones extremas son una muestra de la
gran biodiversidad de nuestra Tierra. La existencia de este tipo de especies ha
comprobado que no sólo sobreviven sino perfeccionan su adaptación al ambiente.
Además, su estudio podría arrojar grandiosos hallazgos de la vida del espacio
exterior.