Gusanos provenientes de Europa y Asia han invadido casi todo el planeta: se apoderan de tierras que no son suyas, desalojan sin piedad a los gusanos nativos del lugar y modifican el ecosistema a su favor.
Nunca antes las habían
visto, se decía que por las noches unas criaturas de cuerpo alargado
y sin patas ni ojos, se abrían camino sigilosamente entre la tierra
hasta la superficie. Cuando se disponían a ingerir todo tipo de
materia muerta: frutos podridos, hojas secas y restos de cualquier
animal su tejido blando las hacía parecer repulsivas. Desde que
llegaron, los fríos bosques de Norteamérica dejaron de ser los
mismos, las capas de hojarasca fueron desapareciendo a través de los
años y sin ellas, las plantas recién nacidas carecían de
protección frente a los cambios de temperatura y las pisadas de los
grandes animales oriundos. Además, el suelo ha cambiado su
composición química y física, poco a poco ha ido perdiendo su
capacidad de absorber carbono y proveer nutrientes, ya que ahora
estas criaturas conocidas como “lombrices de tierra”, cumplen con ese
trabajo.
Mientras tanto, en otras
partes del mundo, las lombrices de tierra son consideradas como las
mejores amigas de los agricultores y jardineros, pues al convertir
materia descompuesta en materia orgánica a través de la digestión,
proporcionan a las plantas un abono rico en nutrientes. La
construcción de sus túneles profundos en la tierra ayuda también a
que el suelo esté más abierto y mejor ventilado. Las miles de
especies de lombrices terrestres son obreras que trabajan día y
noche y todas las estaciones del año. Generación tras generación
aprenden el oficio labriego; sin embargo, los humanos ignoran que las
lombrices muestran su lado obscuro en tierras donde no se les
necesita.
El comienzo
Hace cientos de años, cuando el
continente americano no tenía edificios ni ciudades, los hombres
europeos colocaron lombrices en las macetas de sus plantas para
transportarlas en el camino rumbo al territorio recién descubierto:
Norteamérica. La lombrices de la refinada familia Lumbricidae
conocieron también el nuevo terreno y, tal como lo hicieron sus
compatriotas humanos, se dispusieron a conquistarlo. Tuvieron ventaja
porque los únicos parientes que habían habitado el lugar, murieron
hace miles de años en la última era glacial. A pesar de que el
ecosistema era totalmente diferente a las granjas que ellos
acostumbraban, se adaptaron fácilmente. Desde entonces la presencia
de estos invertebrados se ha expandido notablemente, tanto que se
comienza a dudar sobre el beneficio de su existencia en el norte de
Wisconsin, Minnesota, Nueva York y algunos lugares de Canadá.
Para saber más: "Naturaleza salvaje: Lombrices de tierra" www.bbc.co.uk/natural/life/Lumbricidae
Caravana de colonos caminando entre los bosques de América del Norte. |
Peleas por la colonia
Pero las lombrices europeas no son las
únicas con espíritu imperialista, especies asiáticas del género
Amynthas también han hecho lo suyo. La lombriz A.
Hilgendorfi, por ejemplo, crece más rápido en su nuevo ambiente
y desplaza a lombrices nativas de otros lugares en el mundo para
convertirse en una raza dominante. Pero la disputa más agresiva se
da entre las lombrices y los milípedos nativos, gusanos que a
diferencia de las lombrices, tienen pies. Ambos compiten por el mismo
tipo de materia vegetal en descomposición, así que comienzan una
carrera para apropiarse de la mayor cantidad de alimentos. Las
lombrices normalmente ganan la competencia porque pueden cavar
túneles en la tierra cuando las hojas escasean. En cambio, los
milípedos sufren de una mortal hambruna, pues son incapaces de
construir hoyos como su enemigo; ellos sólo pueden desplazarse por
la superficie. Pero los milípedos no se resignan fácilmente, de
inmediato preparan una venganza –actualmente estudiada por la
ciencia– para frenar el progreso de las lombrices invasoras.
Aparentemente la cantidad de huevos de lombriz disminuye con la
presencia de milípedos, aún se desconoce cuál es exactamente la
artimaña que utilizan, pero lo que sí se sabe es que las lombrices
no son bienvenidas en cualquier lugar.
El dilema
Algunos biólogos expertos en ecología
de insectos no se atreven a afirmar que las lombrices de tierra son
una amenaza total para la biodiversidad de los bosques y otros
ecosistemas. Estos animales han demostrado una excelente adaptación
y un impacto favorable en tierras erosionadas. Pero surge una
disyuntiva en todo el mundo, si ellas derrocan las especies nativas,
éstas ya no podrán recuperarse y la pérdida es grave si se
comienzan a eliminar especies que ni siquiera han sido descritas por
la ciencia.
Para saber más: "Naturaleza salvaje: Lombrices de tierra" www.bbc.co.uk/natural/life/Lumbricidae
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