Recientemente se demostró que las hormigas más viejas que ya
no pueden realizar las tareas de corte de las hojas se jubilan y llevan a cabo
otras tareas igual de productivas para la colonia.
Nostalgia, esa es la palabra que la define hoy. Nostalgia por
saber que hoy es el último día, de tantos que trabajó durante su vida
productiva. Aún recuerda sus primeros días, cuando la tarea parecía monumental
y extenuante, en cada jornada laboral. Pero la familia es la familia y por ella
hay que trabajar hasta el cansancio, incluso hasta desfallecer.
Hormiga cortando hojas - Imagen University of Oregon |
Es hora de aportar de otra forma a la colonia, pues ser
hormiga no es fácil y se debe justificar la esencia trabajadora de la “familia”
de hormigas cortadoras de hojas. Mañana será otro día y un nuevo trabajo la
espera, ya que en el mundo de las hormigas la jubilación no significa dejar de
trabajar, pero sí trabajar de forma menos ruda pero igualmente productiva.
Esto lo descubrió el Dr. Robert Schofield de la Universidad
de Oregón quien, junto a su equipo de trabajo, demostraron que las hormigas
cortadoras de hojas de Centroamérica Atta
cephalotes tienen un sistema de
jubilación que permite a las hormigas más viejas realizar otras labores cuando dejan
de ser eficientes cortando hojas.
Las hormigas cortan las hojas para su alimentación, puesto
que utilizan estos cortes para hacer una pasta que permita cultivar un hongo (pueden
ser varias especies de hongos) del cual se alimentan. Para ello han sido
equipadas con poderosas cuchillas, como dientes, entre sus mandíbulas que tienen
forma de V (uvé). Los investigadores midieron el desgaste de las cuchillas de
una colonia de A. cephalotes en el parque Nacional Soberanía en Panamá.
Utilizando microscopios electrónicos compararon las
cuchillas de las mandíbulas de individuos recién emergidos de las pupas en
condiciones de laboratorio con hormigas forrajeras silvestres encontrando
diferencias significativas de hasta 340 veces más desgaste en aquellas
trabajadoras silvestres tomándoles tres veces más tiempo y energía cortar un
trozo de hoja cuando eran más jóvenes por lo cual dejan de cumplir esta función
y son relevadas únicamente al transporte de las hojas para la colonia.
Sin embargo el interés de los científicos no se queda ahí,
pues en su estudio (realizado el 2010) también investigaron que las cuchillas
son resistentes al desgaste progresivo gracias a las proporciones un mineral,
el zinc. Este podría ser de utilidad para la fabricación de herramientas
humanas que están sometidas a un constante desgaste tal como las mandíbulas de
las hormigas. Pues ser hormiga no es fácil y laborar día a día sin descanso
tiene un alto precio, no solo para la hormiga, si no también para la colonia
que gasta el doble de energía en llevar a cabo la recolección que si todas sus
integrantes estuvieran al 100%. Esta es una ventaja de vivir en sociedad - dice
el Dr. Schofield – pues aún viejos podemos seguir siendo productivos para los
demás realizando otras tareas, que a pesar de ser menos desgastante, no dejan
de ser importantes.
Es hora de concluir el trabajo por hoy. Es el último día de
cortar hojas pero mañana esperan nuevas aventuras. Cargarlas en vez de
cortarlas puede ser una tarea tan productiva como la que se deja hoy. Se acaba
la jornada laboral y estas desgastadas mandíbulas merecen un descanso, pero
esto no significa dejar de ser un aporte a esta sociedad de insectos que se
caracteriza por su laboriosidad.
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