¡Quién no se ha emocionado con las películas de Batman! Que además de ser un superhéroe muy inteligente cuenta con un súper traje que resiste desde caídas, golpes, fuego hasta balas. Además este traje está equipado con armas escondidas por todos lados ¡es una maravilla! Pero en la vida real seguramente sería pesado y rígido; además cuando deje de usarlo y lo tire ¿cuánto tiempo tardaría en degradarse? ¿Podría existir un material que evitara esos problemas?
El inolvidable traje negro, con capa y máscara de Batman ha
estado presente en todas sus películas, aunque en cada una de ellas ha ido
presentando innovaciones que lo hacen casi invencible. En su versión más
reciente, el traje está hecho de varios materiales entre los que destacan: el
kevlar (que es un material sintético con la misma estructura que tienen la lana
o la seda), policarbonato (es un plástico moldeable muy común en la industria
óptica y es la materia prima del CD y DVD) y caucho (que es un compuesto
natural extraído principalmente de un árbol sudamericano llamado Hebea brasiliensis).
Los dos primeros pueden adaptarse con facilidad al cuerpo de Bruno Díaz y
además son capaces de ayudarlo a soportar los ataques de sus enemigos dada su
gran resistencia; por su parte la elasticidad del caucho lo convierte en el
elemento básico para confeccionar su máscara y capa.
Los tres materiales mencionados tienen propiedades que les
permiten ser usados en distintas formas, pero desafortunadamente, para que se
lleve a cabo su degradación en el medio ambiente pueden pasar cientos de años y
quizás, nunca llegue a ocurrir, como en el caso de un CD o un DVD. Si Batman es
de los buenos no debería usar un traje tan nocivo para el ambiente, así que es
necesario ofrecerle como opción para la confección de su nuevo traje un
material que le de las mismas ventajas que el anterior, pero que tenga la
posibilidad de degradarse en muy poco tiempo. Y esa opción es el Shrilk.
Un nombre raro, pero muy natural
De la combinación de las palabras “shrimp” y “silk” que
significan camarón y seda respectivamente, surge la palabra “Shrilk” que le da
nombre a un invento desarrollado en el 2011 en el Instituto Wyss de Ingeniería
Biológicamente Inspirada de la Universidad de Harvard. Javier G. Fernández y
Donald Ingber, ambos investigadores en dicho instituto, observaron que la
cubierta rígida de arañas, camarones e insectos (denominada exoesqueleto o
esqueleto externo) es tan ligera, que les
permite libertad de movimientos y lo suficientemente rígida como para
proporcionarles protección, además de una adecuada flexibilidad. Ésta cubierta
tiene la notable capacidad de modificar su rigidez a lo largo de los segmentos
del cuerpo y alas del animal.
La cubierta que observaron se conoce como cutícula, que debe
su excelente capacidad de protección a las capas de quitina, que básicamente es
un azúcar. Los artrópodos (arácnidos, crustáceos e insectos) pueden formar la
cutícula a partir de azucares de su cuerpo y proteínas. Además, las capas de
cutícula se van acomodando una sobre otra de forma cruzada lo que provoca
interacciones mecánicas y químicas entre los materiales que ayudan a la
fortaleza y flexibilidad de la cutícula.
Se vale copiar
Lo que Fernández e Ingber hicieron es sencillo de ver pero,
bastante difícil de realizar; estudiaron las interacciones mencionadas y una
vez que las entendieron simplemente las copiaron, para lo que también diseñaron
las capas que se iban a superponer en forma cruzada. Para ello utilizaron las
cutículas o “cáscaras” de camarón para obtener la quitina, y utilizaron como
proteína la fibroína extraída de la seda producida por el gusano Bombyx mori.
Esta proteína tiene como función dar la estructura y resistencia
características de la seda.
Así, el Shrilk está conformado en parte por seda y en parte
por quitina. El Shrilk es similar en resistencia y dureza a una aleación de
aluminio, pero sólo con la mitad del peso. Es biodegradable y se puede producir
a bajos costos, pues la quitina se obtiene fácilmente como un producto de
desecho de camarón.
Quizá Batman no lo usaría, pero nosotros si
Obviamente los investigadores del Instituto Wyss de Harvard
no pensaron en desarrollar el Shrilk para que Bruno Díaz lo utilizara en el
traje que presentará en su próxima aparición en la pantalla grande. Lo que
ellos buscaban era una alternativa barata y ambientalmente segura para sustituir
al plástico, que se ha convertido en un grave problema de contaminación, debido
a que es tan utilizado para hacer bolsas de basura, envases, y pañales que
tardan años en degradarse. Otro uso del Shrilk es en la medicina, ya que al ser
un material biocompatible podría ser utilizado para suturar heridas que
soportan cargas elevadas, como una hernia por ejemplo.
Finalmente en palabras de Donald Ingber, el Shrilk
"Tiene el potencial de ser tanto una solución a algunos de los problemas
de hoy día más críticos del medio ambiente y un paso adelante hacia importantes
avances de la medicina."