lunes, 9 de julio de 2012

¡Shrilk al rescate!


¡Quién no se ha emocionado con las películas de Batman! Que además de ser un superhéroe muy inteligente cuenta con un súper traje que resiste desde caídas, golpes, fuego hasta balas. Además este traje está equipado con armas escondidas por todos lados ¡es una maravilla! Pero en la vida real seguramente sería pesado y rígido; además cuando deje de usarlo y lo tire ¿cuánto tiempo tardaría en degradarse? ¿Podría existir un material que evitara esos problemas?



El inolvidable traje negro, con capa y máscara de Batman ha estado presente en todas sus películas, aunque en cada una de ellas ha ido presentando innovaciones que lo hacen casi invencible. En su versión más reciente, el traje está hecho de varios materiales entre los que destacan: el kevlar (que es un material sintético con la misma estructura que tienen la lana o la seda), policarbonato (es un plástico moldeable muy común en la industria óptica y es la materia prima del CD y DVD) y caucho (que es un compuesto natural extraído principalmente de un árbol sudamericano llamado Hebea brasiliensis). 
Los dos primeros pueden adaptarse con facilidad al cuerpo de Bruno Díaz y además son capaces de ayudarlo a soportar los ataques de sus enemigos dada su gran resistencia; por su parte la elasticidad del caucho lo convierte en el elemento básico para confeccionar su máscara y capa.
Los tres materiales mencionados tienen propiedades que les permiten ser usados en distintas formas, pero desafortunadamente, para que se lleve a cabo su degradación en el medio ambiente pueden pasar cientos de años y quizás, nunca llegue a ocurrir, como en el caso de un CD o un DVD. Si Batman es de los buenos no debería usar un traje tan nocivo para el ambiente, así que es necesario ofrecerle como opción para la confección de su nuevo traje un material que le de las mismas ventajas que el anterior, pero que tenga la posibilidad de degradarse en muy poco tiempo. Y esa opción es el Shrilk.

Un nombre raro, pero muy natural


De la combinación de las palabras “shrimp” y “silk” que significan camarón y seda respectivamente, surge la palabra “Shrilk” que le da nombre a un invento desarrollado en el 2011 en el Instituto Wyss de Ingeniería Biológicamente Inspirada de la Universidad de Harvard. Javier G. Fernández y Donald Ingber, ambos investigadores en dicho instituto, observaron que la cubierta rígida de arañas, camarones e insectos (denominada exoesqueleto o esqueleto externo) es tan ligera, que les  permite libertad de movimientos y lo suficientemente rígida como para proporcionarles protección, además de una adecuada flexibilidad. Ésta cubierta tiene la notable capacidad de modificar su rigidez a lo largo de los segmentos del cuerpo y alas del animal.
La cubierta que observaron se conoce como cutícula, que debe su excelente capacidad de protección a las capas de quitina, que básicamente es un azúcar. Los artrópodos (arácnidos, crustáceos e insectos) pueden formar la cutícula a partir de azucares de su cuerpo y proteínas. Además, las capas de cutícula se van acomodando una sobre otra de forma cruzada lo que provoca interacciones mecánicas y químicas entre los materiales que ayudan a la fortaleza y flexibilidad de la cutícula.

Se vale copiar


Lo que Fernández e Ingber hicieron es sencillo de ver pero, bastante difícil de realizar; estudiaron las interacciones mencionadas y una vez que las entendieron simplemente las copiaron, para lo que también diseñaron las capas que se iban a superponer en forma cruzada. Para ello utilizaron las cutículas o “cáscaras” de camarón para obtener la quitina, y utilizaron como proteína la fibroína extraída de la seda producida por el gusano Bombyx mori. Esta proteína tiene como función dar la estructura y resistencia características de la seda.
Así, el Shrilk está conformado en parte por seda y en parte por quitina. El Shrilk es similar en resistencia y dureza a una aleación de aluminio, pero sólo con la mitad del peso. Es biodegradable y se puede producir a bajos costos, pues la quitina se obtiene fácilmente como un producto de desecho de camarón.

Quizá Batman no lo usaría, pero nosotros si


Obviamente los investigadores del Instituto Wyss de Harvard no pensaron en desarrollar el Shrilk para que Bruno Díaz lo utilizara en el traje que presentará en su próxima aparición en la pantalla grande. Lo que ellos buscaban era una alternativa barata y ambientalmente segura para sustituir al plástico, que se ha convertido en un grave problema de contaminación, debido a que es tan utilizado para hacer bolsas de basura, envases, y pañales que tardan años en degradarse. Otro uso del Shrilk es en la medicina, ya que al ser un material biocompatible podría ser utilizado para suturar heridas que soportan cargas elevadas, como una hernia por ejemplo.

Finalmente en palabras de Donald Ingber, el Shrilk "Tiene el potencial de ser tanto una solución a algunos de los problemas de hoy día más críticos del medio ambiente y un paso adelante hacia importantes avances de la medicina."

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