lunes, 3 de septiembre de 2012

Mi nombre es... Mefisto


Desde las profundidades del mundo surge a la luz uno de los esbirros de Satanás o quizá Satanás mismo: Mefisto o Mefistófeles, cuya etimología griega significa "el que no ama la luz". ¿Qué características podría tener un bicho para ser bautizado con tan extraño nombre?


En la tradición alemana, Mefistófeles se muestra como la representación más refinada del mal, elegante, y con una mente tan fría y racional como para atrapar a las personas y hacer que siguiesen sus designios, es decir, que rompe con la idea popular de como consideramos a un Satanás común y corriente.

Así rompió con ideas previas acerca de la vida en las profundidades de la tierra una nueva especie de nemátodo, Halicephalobus mephisto descubierta en el 2011 por un grupo de investigadores de la Universidad de Ghent (Bélgica) dirigidos por el Dr. Gaetan Borgonie. Antes de su descubrimiento los científicos creían que solamente organismos unicelulares (bacterias y arqueas termófilas) eran capaces de habitar el subsuelo dadas las condiciones del entorno (altas temperaturas, bajos niveles de oxígeno y altas presiones) por tanto, las posibilidades de encontrar organismos más complejos son prácticamente nulas.

¿Nemátodo?

Los nemátodos, llamados comúnmente gusanos redondos, son organismos pluricelulares, de forma alargada y cilíndrica. Existen especies que habitan en el agua y en el suelo, y otras especies que parasitan plantas y animales, como el nemátodo Ascaris lumbricoides que vive y se alimenta en nuestro intestino delgado. Se tienen registradas alrededor de 25,000 especies, las cuales pueden medir desde 1mm hasta 50 cm de largo y generalmente los machos son más pequeños que las hembras. Su reproducción puede ser sexual o por partenogénesis (células sexuales femeninas no fecundadas, pero que son capaces de generar nuevos individuos)

De los nemátodos de vida libre descritos hasta ahora por la ciencia ninguno habitaba más allá de los seis metros de profundidad, por lo que el hallazgo de este nemátodo a más de un kilómetro de profundidad en la tierra aporta nueva información acerca de la capacidad de algunos seres vivos para habitar en condiciones extremas. 

Mefisto salió en Sudáfrica

El equipo lidereado por el Dr. Borgonie localizó a H. mephisto en los huecos y grietas húmedas de una mina de oro llamada Beatrix en Sudáfrica, viviendo a 1,3 kilómetros de profundidad donde la temperatura alcanza alrededor de 37ºC, más de lo que la mayoría de nemátodos terrestres puede tolerar. 




El tamaño de este pequeño nemátodo es bastante similar a sus parientes de la superficie, miden tan sólo  cerca de 0.5mm y de forma muy alargada, con una cola extensa.
Es poco abundante debido a que el oxígeno aquí es escaso y a que para sobrevivir necesita alimentarse diariamente con más de 10000 bacterias, las que obtiene exclusivamente al ingerir biopelículas que se encuentran en esas zonas (una biopelícula es un ecosistema formado por microorganismos asociados a una superficie viva o inerte). Hay, por tanto un ecosistema complejo en esos lugares.


Finalmente, más allá del éxito que supone para la ciencia el descubrimiento de una nueva especie, resulta trascendental que los horizontes donde podemos encontrar vida compleja se han expandido mucho más, llegando incluso a cientos de metros de profundidad. Según Michael Meyer, astrobiólogo de la NASA, el estudio es un paso más hacia el hallazgo de vida en lugares en donde no se la espera y que el descubrimiento de organismos pluricelulares en esas condiciones eleva la posibilidad de que pueda haber vida semejante en el subsuelo marciano. "El Universo podría tener más hábitats de los que pensamos", dice.

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