lunes, 10 de septiembre de 2012

La jubilación de las Hormigas


Recientemente se demostró que las hormigas más viejas que ya no pueden realizar las tareas de corte de las hojas se jubilan y llevan a cabo otras tareas igual de productivas para la colonia.


Nostalgia, esa es la palabra que la define hoy. Nostalgia por saber que hoy es el último día, de tantos que trabajó durante su vida productiva. Aún recuerda sus primeros días, cuando la tarea parecía monumental y extenuante, en cada jornada laboral. Pero la familia es la familia y por ella hay que trabajar hasta el cansancio, incluso hasta desfallecer.
Hormiga cortando hojas - Imagen University of Oregon
Cansada disfruta del último día de labores y hoy, lo que le parecía un sacrificado trabajo se vuelve un placer, porque es el último día y se debe disfrutar. Mirando sus mandíbulas se da cuenta que ya no es la joven de antes, aquella que sin cesar cortaba y cortaba hojas, con sus afiladas y eficientes mandíbulas, que tenían sin descanso a las transportadoras, ya no está pues ha envejecido.
Es hora de aportar de otra forma a la colonia, pues ser hormiga no es fácil y se debe justificar la esencia trabajadora de la “familia” de hormigas cortadoras de hojas. Mañana será otro día y un nuevo trabajo la espera, ya que en el mundo de las hormigas la jubilación no significa dejar de trabajar, pero sí trabajar de forma menos ruda pero igualmente productiva.
Esto lo descubrió el Dr. Robert Schofield de la Universidad de Oregón quien, junto a su equipo de trabajo, demostraron que las hormigas cortadoras de hojas de Centroamérica Atta cephalotes  tienen un sistema de jubilación que permite a las hormigas más viejas realizar otras labores cuando dejan de ser eficientes cortando hojas.
Las hormigas cortan las hojas para su alimentación, puesto que utilizan estos cortes para hacer una pasta que permita cultivar un hongo (pueden ser varias especies de hongos) del cual se alimentan. Para ello han sido equipadas con poderosas cuchillas, como dientes, entre sus mandíbulas que tienen forma de V (uvé). Los investigadores midieron el desgaste de las cuchillas de una colonia de  A. cephalotes en el parque Nacional Soberanía en Panamá.
Utilizando microscopios electrónicos compararon las cuchillas de las mandíbulas de individuos recién emergidos de las pupas en condiciones de laboratorio con hormigas forrajeras silvestres encontrando diferencias significativas de hasta 340 veces más desgaste en aquellas trabajadoras silvestres tomándoles tres veces más tiempo y energía cortar un trozo de hoja cuando eran más jóvenes por lo cual dejan de cumplir esta función y son relevadas únicamente al transporte de las hojas para la colonia.
Sin embargo el interés de los científicos no se queda ahí, pues en su estudio (realizado el 2010) también investigaron que las cuchillas son resistentes al desgaste progresivo gracias a las proporciones un mineral, el zinc. Este podría ser de utilidad para la fabricación de herramientas humanas que están sometidas a un constante desgaste tal como las mandíbulas de las hormigas. Pues ser hormiga no es fácil y laborar día a día sin descanso tiene un alto precio, no solo para la hormiga, si no también para la colonia que gasta el doble de energía en llevar a cabo la recolección que si todas sus integrantes estuvieran al 100%. Esta es una ventaja de vivir en sociedad - dice el Dr. Schofield – pues aún viejos podemos seguir siendo productivos para los demás realizando otras tareas, que a pesar de ser menos desgastante, no dejan de ser importantes.
Es hora de concluir el trabajo por hoy. Es el último día de cortar hojas pero mañana esperan nuevas aventuras. Cargarlas en vez de cortarlas puede ser una tarea tan productiva como la que se deja hoy. Se acaba la jornada laboral y estas desgastadas mandíbulas merecen un descanso, pero esto no significa dejar de ser un aporte a esta sociedad de insectos que se caracteriza por su laboriosidad.

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