lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Y qué son estos bichos con tantas patas?

por Emmanuel Vega-Román, V. H. Ruiz, R. Soto y G. Diaz.


Los miriápodos muchas veces son confundidos con insectos o crustáceos, ya sea por simple ignorancia o por características en común como el alto número de apéndices o la cubierta corporal formada por carbonato de calcio o lignina. Sin embargo, estos animales, que se caracterizan por tener muchas patas, corresponden a un grupo de artrópodos diferentes, conocidos por el nombre de Myriapoda.
Los miriápodos se distinguen por tener un cuerpo alargado y segmentado; cada segmento, dependiendo del grupo,  presentará uno o dos pares de apéndices. 
Los quilópodos con un par de patas por segmento pueden tener hasta 151 pares (302 en total), de las cuales, las dos primeras se han modificado en forma de un par de pinzas inyectoras de veneno. Estos organismos, a pesar de no medir más de 30 cm se alimentan de insectos e incluso de mamíferos como los murciélagos. 

 Los diplópodos con dos pares de patas por segmento, son calmos y pacientes, dado que son organismos detritívoros (organismos que se alimentan de materia orgánica en descomposición) y que carecen de los apéndices inyectores de veneno, por lo que para defenderse de sus depredadores, se enrollan formando una barrera protectora con su cuerpo rígido recubierto con carbonato de calcio.
Ambos grupos de miriápodos tienen glándulas que producen sustancias químicas que pueden afectar a los seres humanos. En el caso de los diplópodos, éstas pueden provocar serias alergias a la piel, tales como dermatitis. Mientras que las secretadas por los quilópodos pueden ser venenosas y alteran el ritmo cardiaco, provocan visión borrosa, vómitos y otros síntomas. Existen registros de sólo dos ocasiones en que la picadura de un miriápodo ha provocado la muerte de un ser humano. La primera fue el caso de una niña que sufrió una picadura, posiblemente jugado con el animal tras haberlo encontrado en la selva de Vietnam. El segundo caso fue el de un militar que recibió dos picaduras en la cabeza, durante la guerra en Vietnam. Sin embargo, cabe mencionar que estos ataques se debieron a la manipulación indebida de estos artrópodos, y no al deseo mismo de atacar por atacar, ambos casos documentados por la especie Scolopendra subspinipes de Hanni.
Como ven, esto animales, no sólo poseen una apariencia extraña y fuera de lo común, sino también se necesita informar sobre sus características y peculiaridades, los cuales las convierten en un grupo digno de conocer. Ya sea porque pueden provocar serios daños para las personas en caso de sufrir lesiones como las comentadas anteriormente –producto de la picadura o liberación de toxinas–, así como por el importante rol ecológico que cumplen, al participar de forma directa en la formación de humus.

Para saber más
Cúpul-Magaña, F. G. 2000. El ciempiés: Un bicho que se parece al borde de un petate viejo. CONABIO. Biodiversitas, 88:8-11.
Domenech, P. 2006. Genero Scolopendra, Boa Arcoíris y entrevista a M. Dirube de Exotarium Jangala-Magazine. Terrariofilia y Naturaleza. Volumen 4. 44 pp.
Sierwald, P. & Bond, J. 2007. Current Status of the Myriapod Class Diplopoda (Millipedes): Taxonomic Diversity and Phylogeny. Annual review Entomology. 52:401-420.

2 comentarios:

Muy informativo y sencillo para aprender sobre estas criaturas tan poco conocidas, pero fascinantes, como todos los seres vivos. Saludos!

Muchas gracias por haber subido el archivo, esperamos poder contribuir en algo al conocimiento de este grupo..Saludos

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