lunes, 22 de octubre de 2012

La revolución de los insectos.


Una batalla campal se lleva a cabo por defender, lo que por evolución es suyo, un territorio fértil, abundante y suculento.

"El territorio"
Extenso y variado, ya que los podemos encontrar con o sin antenas, alas, patas y ojos (uno o varios pares); con esqueleto externo, el cual se renueva periódicamente; con ovarios o testículos y con un sistema nervioso. Sin embargo, a pesar de tal variedad, hay una propiedad que todos ellos comparten, y es que, son móviles, son un territorio andante. ¿De quiénes estamos hablando?
Nada más y nada menos que de los "insectos", el grupo de animales más diverso de la Tierra; su movilidad los hace susceptibles de ser invadidos, infectados, y atacados por pequeños microorganismos que, buscan hospedarse en un lugar que los proteja y los alimente sin complicaciones y con el menor de los esfuerzos. Una vez hospedados, éstos pueden ser transmitidos a la descendencia de su anfitrión, de tal manera que, también estarán infectados. ¿Vividores? ¿Mantenidos? ¿Gorrones? ¿Aprovechados? Tal vez lo sean, sin embargo, la cosa no queda ahí, para poder deshacerse de aquellos "parásitos", los insectos libran una guerra que no los favorece para "recuperar-se".
Imagen wikipedia.org

"El enemigo Fantasma"
Wolbachia, aunque el nombre no suena nada terrorífico, "ella" sí que lo es, y no es broma; es la peor pesadilla de los insectos, y en general, de los artrópodos; una bacteria endosimbionte, es decir, un parásito que habita en el interior de otro organismo (en este caso, de los insectos), "sirviéndose con la cuchara grande" ya que, "manipula" la conducta y fisiología de sus presas, en particular, la de los machos, provocando perturbaciones reproductivas, como reproducción asexual (partenogénesis), feminización y otro tipo de alteraciones como, trastornos del sistema nervioso y muerte.
Como un "fantasma", pues es un enemigo que el insecto no puede combatir "de frente", se da el lujo de hacer lo que le place para conseguir su objetivo, sin que el insecto "lo sepa".

El ataque de las Wolbachias
Como las Cruzadas (campañas militares impulsadas por el papado para controlar la Tierra Santa en el Siglo XI), Wolbachia, irrumpe en los insectos para conquistarlos, asentándose en ellos. En su expedición para conquistar el nuevo  "territorio", wolbachia despliega una serie de acciones que le permiten adaptarse y conseguir su objetivo, multiplicarse y conquistar al anfitrión para así preservar la especie en el futuro.
La estrategia más efectiva de Wolbachia, con la cual le da en la yugular a los insectos consiste en, acabar con los "machos".  Invade e infecta diferentes órganos, entre los que se encuentran los testículos y los ovarios. Un macho infectado, sólo puede tener descendencia con hembras infectadas, si los machos infectados copulan con una hembra sana su esperma no daría lugar a descendencia (incompatibilidad citoplasmática). Por el contrario, las hembras infectadas, las que transmiten la bacteria, pueden tener descendencia tanto con machos sanos como con infectados. ¿Por qué pasa esto? Wolbachia hace uso de un poderoso arsenal: secreta una toxina en los testículos que deforma el material genético de los espermatozoides y, en los óvulos secreta un antídoto que corrige la deformidad. Su lucha es tal, que en algunas poblaciones ha logrado que existan 99 hembras por cada macho, sin embargo, acabar con la vida de sus huéspedes haría que wolbachia fracasara, por lo que para compensar la falta de machos, también es capaz de inducir que las hembras infectadas tengan descendencia sin necesidad de copular (partenogénesis). Y por si esto fuera poco, para provocar aún daños mayores en la milicia de su contrincante, wolbachia, feminiza a los machos. En los insectos, la determinación sexual está dada por la producción de hormonas durante el desarrollo, wolbachia, es capaz de alterar esta producción y, transforma a los machos en hembras o en machos estériles.
Armadillidium vulgare - fotografía wikipedia.org

Conquista tras conquista...
Recientemente, en Septiembre, apareció en la revista PLoS Pathogens, una investigación en la que dan a conocer una consecuencia más de la invasión de Wolbachia.
En su huésped nativo, Cochinilla de la Humedad (Armadillidium vulgare), no es tan perjudicial (aún después de eliminar a todos los machos de la población). Sin embargo, al ser transmitida a una nueva especie (Porcellio d. dilatatus), causa una serie de complicaciones en el sistema nervioso, que frecuentemente conducen a la muerte. Las bacterias son más virulentas cuando se enfrentan a una nueva especie, por lo que los investigadores, examinaron la infección bacteriana y encontraron que, las cochinillas infectadas de ambas especies, contenían el mismo número de bacterias. Lo anterior llevó a la conclusión de que el daño a la nueva especie no se debe a que éstas no lograran responder a la infección, sino que en realidad es la forma en la que respondieron a ella.
Los insectos "nativos", han desarrollado maneras de contener la infección, o la toleran. Sin embargo, la especie "nueva", entra en pánico, porque las bacterias tienden a agruparse en los órganos sexuales y el sistema nervioso central.


Contra-ataque suicida
En su afán por extender su imperio, wolbachia, se alberga en las células de los insectos, sin embargo, la mejor manera que tiene éste para deshacerse de ella, es que, su sistema inmune destruye, rápida y eficientemente a las células infectadas. Pero, la respuesta, a pesar de ser la más apropiada para otro tipo de "ataques", en la invasión por wolbachia, no resulta, ya que, la respuesta inmune del insecto, desafortunadamente para él, destruye su propio cerebro, propiciando la aparición de diversos síntomas y la muerte.

Bandera blanca
Una contienda en la que sólo hay un ganador, Wolbachia. Y como en todo enfrentamiento, cuando las bajas son considerables y después de mucha sangre derramada y sin miras a una victoria, hay aceptación a la derrota, un convenio para que el ganador disponga de lo que quiera pero de manera "pacífica". Los insectos deben de "aprender a aceptar" a vivir con Wolbachia, en lugar de contra-atacar, ya que lo único que conseguirían es su propia muerte.

Para saber más.
Le Clec’h W, Braquart-Varnier C, Raimond M, Ferdy JB, Bouchon D, & Sicard M (2012). High virulence of wolbachia after host switching: when autophagy hurts. PLoS pathogens, 8 (8) PMID: 22876183

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